Los pueblos andinos empezamos el mes de agosto celebrando a la Pachamama, matriz cósmica de nuestra civilización que optó por la crianza de la diversidad como fuente del buen vivir. Así comienza la siembra, que ahora coincide con el inicio de un gobierno popular, con un presidente campesino en quien la mayoría de peruanos quiere ver encarnada la voluntad de reconstruirnos desde nuestras raíces, poniendo por delante la honestidad, revalorando la diversidad que nos constituye como soporte de una convivencia respetuosa, con cuidado de la tierra que nos sustenta. Ese simbolismo, que constituye la fortaleza del Presidente, nada tiene que ver con el sectarismo reaccionario de derechas e izquierdas de matriz colonial.
Hemos abierto la posibilidad de cerrar no solo dos siglos de precariedad política, de predominio de una casta costumbrada a saquear nuestra patria y despreciar a nuestra gente; empeñada profundizar la extirpación cultural que inició la Colonia. Hemos abierto la posibilidad de cerrar cinco siglos de desconcierto e irrespeto instalados con el escalabro ocurrido en 1532 en Cajamarca. Tiene un alto valor simbólico que sea un cajamarquino humilde, un profesor rural, campesino y rondero, a quien corresponde ahora tomar la posta en ese proceso de reconstitución colectiva que va más allá de lo que diga o no un texto constitucional.
El discurso inaugural del Presidente señala el camino; proyectándolo desde nuestra tradición civilizatoria. Como bien dijera el Amauta José María Arguedas, “imitar desde aquí a alguien resulta escandaloso”. En este camino el profesor Castillo no está solo, como lo quieren ver sectarios de todo tipo que buscan aislarlo para llevar adelante agendas excluyentes. Tiene millones de hermanos y hermanas que lo respaldamos para cerrar el paso al crimen organizado, sea de derechas o de izquierdas, a grupos insensibles ante el dolor de un pueblo que ha perdido a miles de seres queridos y no tiene por qué pagar el costo social de sus agendas particulares.
Por ello, rechazamos la impúdica invocación al golpe de Estado a través de la vacancia, promovida por grupos de poder corruptos que, tomando como pretexto actitudes e ideas deplorables de algunos personajes propuestos erróneamente para altos cargos, manifiestan su entraña racista y clasista, su temor a perder privilegios coloniales.
Lo que corresponde es un gobierno de amplia convocatoria, que sume voluntades para avanzar en la lucha contra la pandemia y en la recuperación de la economía, combatiendo toda forma de corrupción, fortaleciendo los servicios públicos, promoviendo la equidad, con iguales oportunidades para todos, respeto de nuestras identidades y cuidado de la biodiversidad. Ese camino es incompatible con actitudes de confrontación, imposición e intolerancia. Al pueblo generoso, que ha abierto este camino, le corresponde defenderlo, organizándose para garantizar la gobernabilidad. Esa es la tarea de todos los peruanos de buena voluntad.
1 de agosto, 2021
¡POR EL RESPETO A LA VOLUNTAD POPULAR!
¡CERRAR EL PASO AL EXTREMISMO GOLPISTA!